Alimentarse "saludablemente": una moda peligrosa
- Victoria Cohen (@Vickycohen)
- 12 jul 2016
- 3 Min. de lectura
Tres profesionales opinan sobre la desinformación que se difunde a través de Internet, cuando la comida sana y el entrenamiento se vuelven una obsesión.

"NO a las dietas, SÍ a la comida saludable".
Desde hace casi dos años, existe una nueva tendencia denominada “fitness" en la que distintas personas comparten fotos de comidas “limpias”, conocidas como clean, recetas saludables, ejercicios, tips para bajar de peso y hasta sus historias de vida. Esta moda se reúne en Instagram y poco a poco se expande hacia las demás redes sociales bajo el lema “NO a las dietas, SÍ a la comida saludable”.
Dentro de este estilo de vida, existen una serie de alimentos que estos instagrameros catalogan de acuerdo a sus preferencias. La comida FIT –diminutivo de fitness- es la que no contiene azúcar, harinas o grasas saturadas, en cambio, la FAT –diminutivo de fatness- es la que come la gente normalmente.
María Agustina Murcho (MN 7888), licenciada en Nutrición, creó su cuenta de Instagram para “concientizar a las personas” y a la vez, derribar bastantes mitos que existen hoy sobre la alimentación, difundidos por gente sin estudio previo ni título certificado. Explica que el fitness consiste en eliminar una serie de alimentos, comer lo más natural posible -muchos le llaman “alimentación limpia”- y realizar actividad física de manera constante.
En la actualidad, es tanta la obsesión de algunas personas por incorporar únicamente alimentos orgánicos a su menú diario que hasta dejan de asistir a eventos para evitar salirse de su dieta. Sin embargo, la licenciada en Nutrición opina que para bajar de peso de forma adecuada se deben incorporar todos los alimentos, respetar las porciones, hacer actividad física y principalmente, no restringir.
Genoveva Tenaillon, pastelera y personal trainer, tiene su propia cuenta de Instagram y es bloggera de recetas saludables y ejercicios. Luego de una larga terapia debido a trastornos alimenticios que tuvo en su adolescencia, decidió estudiar para chef: “Convertí mi patología con la comida en una terapia cocinando y aprendiendo a disfrutar”, confiesa.
Luego de escuchar varias teorías sobre la eliminación de carbohidratos como método para perder grasa, decidió inventar recetas de comidas lowcarb –bajas en carbohidratos- que compartió en su cuenta de Instagram. Fue en ese momento cuando notó que la restricción de algunos alimentos se había vuelto una obsesión. “Me encontré leyendo consejos para bajar de peso de chicas de 20 años que no tienen ningún estudio al respecto”, añade.
Según Tenaillon, las personas prefieren seguir consejos de este tipo de cuentas ya que descender de peso con un nutricionista podría tardar años. En cambio, un gurú instagramero da consejos fáciles y rápidos. Como respuesta a esta nueva moda, decidió promover la campaña #NoObsession para concientizar a las personas sobre la obsesión con la pérdida de peso y la alimentación limpia.
Marina Miranda es profesora de educación física y deportóloga. La demanda de información que en la mayoría de los casos está distorsionada, incorrecta o desactualizada, la llevó a crear su propia cuenta de Instagram en la que comparte publicaciones para instruir a sus seguidores acerca del ejercicio y la buena alimentación.
Son cada vez más las personas que por haber bajado de peso se consideran expertas y capacitadas para aconsejar sobre el tema, algo que sólo fomenta la obsesión y trastornos alimenticios. Según Miranda, “no es sano que las personas comiencen a tomar hábitos de los reales competidores de fitness y los trasladen a su vida cotidiana”.
Las tres profesionales concuerdan en que, a la hora de compartir en redes sociales, se debe tener mucho cuidado ya que conceden una falsa sensación de fama e impunidad. Por esa razón se debe desmitificar, concientizar a las personas y fomentar la educación alimentaria para demostrar lo peligroso que puede ser seguir las últimas tendencias. “El Instagram es solo una moda, en unos años será obsoleto y cualquier cosa que se haya hecho por la fama no habrá valido mucho”, remata Tenaillon.
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